»La casa Panero es un edificio público y no de unos señores soberbios y prepotentes subidos en su pedestal» Borja González, concejal de Juventud
Borja González, concejal de Juventud del Ayuntamiento de Astorga, envía una contundente carta a los medios al respecto de la polémica por la utilización de la casa Panero, reformada con 3 millones de euros de todos los astorganos, para una actividad cultural con motivo de Halloween:
A la atención de don Javier Huerta Calvo, presidente de la Asociación de Amigos de la Casa Panero
Estimado don Javier, no puedo dejar de hacerme eco del comunicado difundido por la Asociación de Amigos de la Casa Panero, que usted rige con singular tino, haciéndolo en mi condición de concejal de Juventud, además de otras áreas, y de la mano de un nutrido grupo de personas voluntarias que, de forma sacrificada y desinteresada, nos hemos esforzado en desarrollar una serie de actividades para los niños y niñas de nuestra ciudad y comarca. Significar que hemos tenido que ampliar el número de grupos debido a la gran cantidad de niños que han presentado solicitud para disfrutar de esta “actividad cultural” si usted y sus amigos, desde el elevado podio de nivel cultural que ocupan, me permiten llamarla así. Digo esto porque desprecian ustedes dicha actividad y la consideran indigna de ser desarrollada en ese sacrosanto templo de la cultura que da nombre a su Asociación.
Discúlpenme ustedes tamaño atrevimiento y el consiguiente revuelo que ha causado esta iniciativa por ende semejante a las que se van a desarrollar en otros muchos museos de España y del resto del mundo sin que las mismas hayan supuesto ofensa ni sacrilegio para nadie; tal será así en los Castillos de Valderas (Alcorcón) donde programan “Alcorcón celebra Halloween en los Castillos de Valderas.
El Museo del Arte en Vidrio (MAVA) situado en uno de los Castillos de Valderas, ha preparado un novedoso pasaje bajo el título, ‘ALMAS ENCERRADAS EN VIDRIO’, que se convertirá en un Paseo del Miedo”; pero tenemos bien cerca otro evento similar: “Halloween en el Museo Patio Herreriano”, actividad que se desarrollará del 30 de octubre al 2 de noviembre en Valladolid, y que es una actividad de ámbito familiar titulada “Detective por un día, hay un asesino suelto por el museo, si te atreves no te olvides de traer un lápiz, lo demás te lo daremos al llegar”; y, oh pásmense, porque en el mismísimo Museo del Prado (Madrid), posiblemente la mejor pinacoteca del mundo, cerca de su domicilio, don Javier, para que tenga ocasión de acudir a disfrutar del “Especial Halloween en el Museo del Prado”; la actividad “Monstruos en el Museo” a un precio desde 210 euros por grupo, para edades de 8 a 14 años, se define como: “Prepárate para descubrir la cara más misteriosa y escalofriante del Museo del Prado, una visita divertida y terrorífica por las galerías de uno de los museos más famosos del mundo”. Y emplaza a los niños con la frase: “OS ANIMAMOS A VENIR DISFRAZADOS AL MUSEO”. ¿Acudirá usted don Javier?, ¿o también ha elevado sus quejas a la dirección de la pinacoteca por la gran ofensa a la cultura que supondrá la celebración de tal evento?
Amén de todo lo dicho pienso que ustedes, don Javier y sus amigos, se olvidan de algo muy significativo: la Casa Panero es un centro cultural que es propiedad de los ciudadanos de Astorga, esos que contemplaban perplejos e incrédulos cómo se invertían hasta 3 millones de SUS EUROS que no fueron destinados a otros menesteres como puedan ser la mejora de los barrios y de sus calles y de sus plazas y de sus jardines… así que, si desde esa elevada peana cultural que nos contemplan a los humildes ciudadanos de Astorga nos pueden permitir que el pueblo disfrute un poco del dineral invertido con actividades que sean del gusto más general y no solo de unos pocos, les quedaríamos rotundamente agradecidos.
Mire usted don Javier, su comunicado no tiene desperdicio: se conceden ustedes el curioso derecho de elegir el destino y los fines de una propiedad pública, es más, se conceden prácticamente el derecho privativo de su uso; juzgan ustedes qué actividades son dignas y tienen nivel cultural y cuáles otras no (deberían estar muy contentos pues quizá, a través de esta actividad, muchos escolares y ciudadanos tengan su excusa para acercarse a conocer la Casa Panero y logren vencer el desinterés que les causaban los actos programados en el pasado cuando a los sumo, se llenaban 10 o 12 sillas, ¿no les parece? Hablan de “profanación”, “actividades espurias”, “perpetrar una fiesta”, “dislates”, “insultos”, “osados niños que pueden correr, jugar y divertirse”… más parece una proclama de Fray Tomás de Torquemada que de don Javier Huerta Calvo, eso por la soberbia y prepotencia que el escrito destila, y una perorata del conde de Romanones por la pedantería con la que se dirigen al vil populacho que va a disfrutar de lo que por derecho y por esfuerzo económico ES SUYO.
Don Javier, todo nuestro respeto para usted, como catedrático, y para los demás prohombres que firman “el manifiesto” desde su grandiosidad y falta de empatía pero, con ese debido respeto le digo que la definición de cultura y su forma de entenderla o de hacerla llegar al ciudadano es muy amplia; afortunadamente nadie, ni siquiera los catedráticos, es dueño de este concepto; la cultura, y aún menos la cultura popular, no es lo que ustedes pretenden que sea, ni el pueblo tiene que asumir sus dictados porque no puede ser que los gustos del pueblo y de los responsables de los grandes museos estén equivocados y solo ustedes, el grupo de amigos de la Casa Panero ubicada en una fantástica pero humilde ciudad de León, sean poseedores de la verdad absoluta e incontestable.
Sin otro particular, reciban un cordial saludo de mi parte y no olviden, para otra ocasión, informarse sobre qué tipo de actos o de actividades se van a realizar en un edificio que es público y que, como tal, pertenece a los astorganos, antes de publicar manifiestos, más dignos de otras épocas oscurantistas, que no pretenden, a mi modo de ver más que manipular a la opinión pública. Sin duda, se sorprenderían ustedes si tuvieran a bien darse una vuelta por las calles, bajarse a preguntar a quienes para ustedes son “el vulgo” y palpar lo que ellos piensan de lo que hasta ahora representaba la Casa Panero.
Y recuerden: no se trata de una “fiesta”, se trata de ACTIVIDADES CULTURALES a las que quedan ustedes invitados y en las que, seguramente, podrán disfrutar como niños moderando lo avinagrado del carácter.