La poesía abre la quinta edición de ‘Letras en la Panera’ en Gordoncillo de la mano de la astorgana Mercedes G. Rojo
La poesía abre la quinta edición de ‘Letras en la Panera’ en Gordoncillo de la mano de la astorgana Mercedes G. Rojo
- La poesía abre la quinta edición de ‘Letras en la Panera’ en Gordoncillo
Fiel a su convocatoria anual, el Ayuntamiento de Gordoncillo abre la puerta de Letras en la Panera en su quinta edición, cuyas actividades se articulan en esta ocasión en torno a Antonio Gamoneda, cuya entrega del Premio SEMILLA DE ORO tendrá lugar el domingo día 4 de junio.
Este sábado, día 6 de mayo, en el Auditorio del MIHACALE se celebra, a las 7’30 de la tarde, un recital poético-musical como homenaje a “Tres poetas para un siglo”, que tal es el título: Antonio Pereira (1923-2009), Eugenio G. de Nora (1923-2018) y Antonio Gamoneda. Los dos primeros porque precisamente este año se conmemora el centenario de su nacimiento. El caso de Gamoneda, lógicamente, por tratarse del protagonista de esta edición.
Actuarán en el acto Mercedes G. Rojo como rapsoda, con acompañamiento musical de Jimena Pérez González.
Tal como dice el programa, Mercedes G. Rojo (Astorga, 1961) es escritora, investigadora, divulgadora literaria. Desde que tiene uso de razón se recuerda entre palabras y libros. Las palabras de las historias que su padre y su abuelo materno le contaban, los libros en los que se sumergía, a veces saltándose los tiempos marcados para la lectura, por encima de su propio entendimiento, en el desván de sus abuelos, bajo las sábanas de su cama, arrullada por el viento a la sombra de una encina… Después, tempranamente, llegaría también la escritura, como el tejido hilado con sus propias manos, capaz de contarle al mundo lo que llevaba dentro y que no fluía de ninguna otra manera: entre poemas, relatos, artículos… Mostrando su mundo y descubriendo el mundo de los demás, sobre todo el de ellas. Y así, a lo largo de los años ha ido tejiendo libros de poemas, libros de relatos, ensayos, artículos…, para dar voz a todo lo que tiene que decir; también a todo lo que tantas han dicho. Como influjo en ese camino, el halo siempre misterioso del Teleno que le susurra desde el pasado, el halo mágico de la luna y la llamada misteriosa del mar que la reclama ¡qué raro en una maragata de tierra adentro! ¿o no? Donde las palabras son magia, son fuerza, son pasión y conocimiento. Donde ella es y son los otros.
Por su parte, Jimena Pérez González (León, 2006) representa un alma, dos pasiones, violista y pianista, idéntico amor por el piano que por la viola. Simultanea desde los ocho años el estudio de ambos instrumentos, compaginando asignaturas teóricas con muchas horas prácticas, ensayos y actividades diversas (orquesta, música de cámara y conciertos como solista de piano y viola). Reconoce que lo mejor que le ha dado la música es tener una meta y un objetivo de vida; no puede imaginar otro camino, aun con las múltiples dificultades que entraña. Perfeccionista y ambiciosa de aprendizajes y experiencias, la música la lleva a un deseo constante de superación. Se siente muy agradecida a sus maestros y en deuda con quienes la han apoyado y apoyan en esta trayectoria, su camino personal a Ítaca. Amante de la poesía, ya de niña libros como Platero y yo, El Principito o la poesía infantil de García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti o Gloria Fuertes compartían estantería con las biografías de los grandes compositores. Conocedora de la profunda conexión entre el lenguaje musical y el poético, disfruta doblemente cuando ambos confluyen en un mismo lugar y en un mismo tiempo.