Los riesgos de la nueva normativa de tráfico para adelantar

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Enrique Castillo Ron, Universidad de Cantabria y José Francisco Duato Marín, Universitat Politècnica de València

Con la antigua Ley de Tráfico y Seguridad Vial los turismos y las motocicletas podían rebasar en 20 km/h los límites genéricos de velocidad fijados para las carreteras convencionales cuando adelantaban a otros vehículos que circulaban a una velocidad inferior al límite (artículo 21.4). Con la nueva ley, en vigor desde el 21 de marzo de 2022, esto ya no es posible.

Aquí demostramos que este drástico cambio estaría poniendo en peligro gravemente la seguridad de conductores y pasajeros.

Requisitos para poder adelantar

Como puede verse en la figura, para realizar un adelantamiento en una vía de doble sentido hay que recorrer una distancia L, a la que hay que añadir la distancia recorrida por un posible vehículo circulando en sentido contrario más un margen de seguridad para determinar la longitud necesaria de adelantamiento.

Ilustración de los adelantamientos mostrando los vehículos y variables que intervienen.

Por tanto, cuanto mayor tiempo se requiera para realizar el adelantamiento, mayor será el riesgo de colisión. Esto es especialmente evidente en vías sin arcén, pues no hay sitio para apartarse y evitarla.

Tiempos de adelantamiento según la antigua y la nueva ley

Vamos a comparar los tiempos requeridos para realizar el adelantamiento con la antigua y la nueva ley.

Para facilitar la comprensión, se considera primero el caso más favorable para el adelantamiento, que es el más sencillo de analizar. Este se da cuando el vehículo que va a realizar el adelantamiento circula ya a la velocidad máxima permitida para realizar el adelantamiento (v1), que será la velocidad máxima permitida para la vía más 20 Km/h en la antigua Ley y la velocidad máxima permitida para la vía en la nueva. Recordemos que el vehículo adelantado debe circular a una velocidad (v0) inferior a la permitida para que esté permitido legalmente realizar el adelantamiento.

Veamos tres ejemplos para una vía con velocidad limitada a 90 Km/h:

  1. El vehículo adelantado circula a 70 Km/h. En este caso, la diferencia de velocidades entre ambos vehículos será de 40 Km/h con la antigua ley y de 20 Km/h con la nueva. Por tanto, se requerirá el doble de tiempo para realizar el adelantamiento con la nueva ley.
  2. El vehículo adelantado circula a 80 Km/h. En este caso, la diferencia de velocidades entre ambos vehículos será de 30 Km/h con la antigua ley y de 10 Km/h con la nueva, requiriéndose el triple de tiempo para realizar el adelantamiento con la nueva ley.
  3. El vehículo adelantado circula a 85 Km/h. En este caso, la diferencia de velocidades entre ambos vehículos será de 25 Km/h con la antigua Ley y de sólo 5 Km/h con la nueva, requiriéndose cinco veces más tiempo para adelantar con la nueva Ley.

El caso más desfavorable para el vehículo que adelanta se da cuando este circula justo detrás del adelantado, a la misma velocidad, esperando una ocasión propicia para adelantar. En este caso, el análisis se complica mucho porque hay que considerar la aceleración del vehículo que adelanta y si alcanzará o no la velocidad límite durante el adelantamiento. Un análisis riguroso de este caso puede verse en este artículo.

A título comparativo, de dicho análisis podemos extraer que, en una vía limitada a 90 Km/h y con un vehículo potente, al adelantar a un vehículo que circula a 70 Km/h u 80 Km/h, el tiempo de adelantamiento se multiplica por 1,6 ó 2,5, respectivamente, al pasar de la antigua a la nueva ley.

Aunque estos valores son algo menores que en el caso más favorable, siguen siendo valores muy preocupantes de cara a la seguridad. Dicho análisis también compara las distancias necesarias para un adelantamiento seguro. Por ejemplo, en el caso considerado de un vehículo potente adelantando a otro que circula a 80 Km/h, dicha distancia pasa de 323 metros con la antigua ley a 714 metros con la nueva.

Señales de fin de prohibición

Debido al notable incremento en tiempo y distancia requeridos para adelantar, la entrada en vigor de la nueva ley exigirá la retirada de muchas de las señales de fin de prohibición de adelantamiento, ya que el adelantamiento a un vehículo no es posible con seguridad razonable si su velocidad no es bastante menor que la máxima permitida. De no retirar las señales se pondría en peligro la seguridad, se cometería un gravísimo error y se producirían muchos accidentes graves en caso de que los conductores traten de adelantar respetando las limitaciones de la nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial.

Conclusiones

Así pues, los resultados del análisis no pueden ser más claros: el riesgo impuesto a los conductores y sus ocupantes durante los adelantamientos con la nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial es muy elevado, incluso en el caso favorable. Si el vehículo que adelanta va detrás del vehículo adelantado, circulando a la misma velocidad hasta llegar a una señal de fin de prohibición de adelantamiento, además tendrá que acelerar para poder rebasar al otro vehículo, lo que aumentará aún más la distancia recorrida, el tiempo necesario para el adelantamiento y el riesgo que se corre. Finalmente, muchas señales de fin de prohibición de adelantamiento deberán retirarse.The Conversation

Enrique Castillo Ron, Catedrático de Matemática Aplicada y Ciencias de la Computación, Universidad de Cantabria y José Francisco Duato Marín, Catedrático de Universidad en Arquitectura y Tecnología de Computadores, Universitat Politècnica de València

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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