6 de cada 10 castellanoleoneses, a dieta por la operaciĆ³n bikini
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Hasta el 60% opta por una dieta milagro, con los peligros que eso implica: carencias nutricionales, efecto rebote y hasta problemas psicolĆ³gicos
SĆ, el buen tiempo ya estĆ” aquĆ. Y tambiĆ©n los tirantes, las zapatillas y esa ropa tan fresquita que deja entrever los excesos del invierno y que hace mĆ”s evidentes esos kilos de mĆ”s que llevamos encima. Es por eso que muchos espaƱoles se suman a la OperaciĆ³n Bikini, y se ponen a dieta. Si nos centramos en los castellanoleoneses, son 6 de cada 10 los que empiezan un rĆ©gimen antes del verano. En concreto lo hacen el 55%, segĆŗn los datos de la Ćŗltima encuesta realizada por el comparador de seguros de salud Acierto.com.
El sondeo de la entidad tambiĆ©n desvela que los habitantes de Castilla y LeĆ³n son los octavos que mĆ”s hacen dieta para acabar con los kilos cogidos con las torrijas y los Ć”gapes propios de la Semana Santa y la Feria de Abril (entre muchas otras festividades). En primera posiciĆ³n se encuentran los andaluces, seguidos de baleaes, madrileƱos y catalanes. En el lado contrario, de los que menos rĆ©gimen hacen, son los canarios, valencianos y cĆ”ntabros.
Eso sĆ, las diferencias no son Ćŗnicas de las comunidades, sino que cambian por sexo: ellas son mĆ”s adeptas a las dietas que ellos –hasta un 12% mĆ”s-; algo que podrĆan justificar las exigencias sociales del culto al cuerpo a las que se ve abocado el sexo femenino. Si nos centramos en los datos del Ćŗltimo aƱo, 4 de cada 10 mujeres aseguran haber hecho dieta, frente a 3 de cada 10 varones. TambiĆ©n hay que diferencias por edad. Los espaƱoles entre 25 y 35 aƱos son los que mĆ”s dieta hacen. Y muchos de ellos son adeptos a los rĆ©gimenes aunque no tengan sobrepeso. En cualquier caso, aquĆ entra en juego la percepciĆ³n.
Las cifras no nos extraƱan si tenemos en cuenta que a casi el 62% de los sujetos del estudio le preocupan las calorĆas que ingieren y que, supuestamente, hasta el 54% intenta llevar una alimentaciĆ³n equilibrada para āno pasarseā. Los hay que hasta cuentan las calorĆas -el 8%-. Pero esto no es nada efectivo.
Hacemos rƩgimen, pero lo hacemos mal
El quid de la cuestiĆ³n radica en cĆ³mo hacemos dieta. Es decir, Āænos fiamos de las revistas?, Āævamos al mĆ©dico?, ĀæcĆ³mo comemos en general? Si nos fijamos en el asunto de contar calorĆas y mĆ”s allĆ” de la obsesiĆ³n que eso puede suponer; llevar la cuenta no funciona por varias razones.
La primera es que aquĆ no estamos diferenciando entre alimentos sanos e insanos, no estamos teniendo en cuenta los nutrientes, nuestro metabolismo ni ritmo de vida. O sea, que este tipo de rĆ©gimen estĆ” abocado al fracaso y puede conllevar graves problemas para nuestra salud -anemias, dermatitis, problemas gastrointestinales, ansiedad, pĆ©rdida de vitaminas y minerales, y hasta daƱo nefrĆtico.
Por otra parte, hasta el 45% de los sujetos del estudio dijo probar mĆ”s de una dieta, y hasta el 60% optar por una dieta milagro. Estas se caracterizan por reducir la ingesta calĆ³rica o restringir ciertos alimentos de forma radical durante un periodo muy breve de tiempo y carecen (por lo general) del visto bueno de los expertos en la materia. Volviendo a los castellanoleoneses, hasta 3 de cada 4 recurren a Internet para informarse sobre dietas y alimentaciĆ³n en general.
A pesar de tanta dieta, la realidad es que mĆ”s de la mitad de los espaƱoles sufren sobrepeso y 1 de cada 6 es obeso. El dato curioso es que, de entre estos Ćŗltimos, el 80% ignora que padece esta enfermedad. AdemĆ”s y de todos aquellos que se ponen a dieta, solo uno de cada cuatro consiguen su propĆ³sito. El resto fracasa o, peor, sufre efecto rebote y otras de las terribles consecuencias que hemos comentado. Por no hablar de la sensaciĆ³n de fracaso y frustraciĆ³n que todo el compendio puede ocasionar.
CĆ³mo ponerse a dieta: hazlo bien
Pero ponerse a dieta de la manera adecuada es posible. No estamos hablando de algo temporal, sino de cambiar nuestros hĆ”bitos y de aprender a comer. Y para ello necesitaremos de la ayuda de varios profesionales: endocrino, nutricionista y, hasta en algunos casos, del psicĆ³logo. Un seguro de salud puede resultar de gran ayuda, pues la mayorĆa cuentan con un amplio cuadro mĆ©dico que permite el rĆ”pido acceso a estos especialistas.
Cada individuo tiene un metabolismo distinto, unos hĆ”bitos de vida, horarios, antecedentes familiares y caracterĆsticas diferentes que hacen necesaria la personalizaciĆ³n de la dieta. Hasta deben tenerse en cuenta sus gustos para ponĆ©rselo fĆ”cil. Hay quien prefiere pesar los alimentos frente a otros que se inclinan por comer mĆ”s cantidad pero de ingredientes menos calĆ³ricos, por ejemplo.
TambiĆ©n es imprescindible realizar una analĆtica de sangre antes de iniciar el proceso para detectar anomalĆas, dĆ©ficits o cualquier alteraciĆ³n implicada en el sobrepeso; y llevar un seguimiento, con pruebas mĆ©dicas periĆ³dicas que garanticen el buen estado de salud del paciente. Respecto al psicĆ³logo, nos estamos refiriendo a casos como el de los comedores compulsivos, o a aquellas personas que han visto daƱada su autoimagen, que estĆ”n experimentando una pĆ©rdida o ganancia de peso repentina -y les estĆ” perjudicando socialmente, por ejemplo-, etcĆ©tera.
En cualquier caso y para aquellos que tienen sobrepeso, no deberĆan esperar demasiado para contratar su pĆ³liza, pues muchas aseguradoras rechazan a aquellos pacientes que tienen un IMC muy elevado (superior a 33-34, aunque depende de la entidad). El motivo es que este tipo de clientes suponen un gasto sanitario mayor. āHay que tener en cuenta que los asegurados con problemas de sobrepeso acabarĆ”n yendo con mayor asiduidad a la consulta del mĆ©dico; algo que, por ejemplo, deberĆan revisar si tienen contratada una pĆ³liza con copago para que no les salga caro, comenta Carlos BrĆ¼ggemann, cofundador de Acierto.comĀ». En el lado contrario tambiĆ©n encontramos a las que premian a sus clientes por mantenerse mĆ”s activos.
AdemĆ”s, si queremos hacer bien la OperaciĆ³n Bikini deberĆamos combinar la dieta con el ejercicio fĆsico. De la misma manera que intentamos cogerle el gusto a comer bien y convertirlo en un hĆ”bito, deberĆamos hacer lo propio con el deporte. Por desgracia, el sedentarismo continĆŗa siendo una de las grandes lacras de nuestro paĆs -hasta 17 millones admiten ser sedentarios-. Y no solo eso, sino que mĆ”s de la mitad de los que se apuntan al gimnasio lo hacen por razones estĆ©ticas (y no por salud).